miércoles, junio 21, 2006

Solsticio de Invierno 21 de Junio


Cada 21 de junio la luz solar impacta perpendicularmente en el Trópico de Cáncer, situado a 23º 27' de latitud norte. Allí, el cenit del sol se produce exactamente al mediodía y, en ese momento, los rayos solares apenas rasan el suelo en un punto situado en el Círculo Polar Antártico, a los 66º 33’. Al sur de esta latitud, toda la zona queda sumida en la sombra.

El Círculo Polar Ártico, es el único día en que el Sol se mantiene las 24 horas sobre el horizonte; mientras que en el Antártico, no se lo ve ni un solo minuto en todo ese día

Celebrar el renacimiento del sol es un rito ancestral proveniente de los pueblos más antiguos. En Chile, el Año Nuevo Mapuche o We Xipantu responde a esa cosmovisión que integra los ciclos de luz en la comprensión de la vida, tal como ocurría en la Patagonia antes de la desaparición de sus habitantes originarios.

La llegada del invierno, que en nuestro hemisferio es el 21 de junio, coincide con el solsticio de invierno, punto del calendario en el cual la tiera se aleja más del sol. Es el día más corto del año y su noche la más larga. Para los mapuches, este fenómeno natural marca la finalización del período de cosecha y el principio de una nueva época de siembra

Partiendo de una concepción cíclica del tiempo, el festejo tiene como protagonista al sol. Según la religión mapuche, el sol nace con la llegada del invierno, se vuelve joven y adulto en primavera, envejece durante nuestro verano y comienza a morir en otoño, cuando los árboles pierden sus hojas, los animales cambian su pelaje y otros fenómenos alteran a la naturaleza, incluidos los hombres

La ceremonia comienza la noche del 23 de junio, con familias enteras reunidas en torno a un gran fogón escuchando relatos de los más viejos del grupo y degustando platos típicos preparados especialmente para el acontecimiento. A las primeras horas de la madrugada del nuevo día, los integrantes de cada familia, ancianos, jóvenes y niños, abandonan el calor del fuego para acercarse al río, arroyo o vertiente más cercana para bañarse, en un rito de purificación, para estar limpios de cuerpo y espíritu antes de recibir al nuevo sol y, en consecuencia, al año nuevo.

Todas estas actividades están destinadas a fortalecer el espíritu de hermandad de la comunidad, la amistad entre grupos familiares y la convivencia con los otros. Quizá por ello no resulta extraño que en los últimos tiempos estas fiestas populares se han abierto no sólo a los chilenos y argentinos en general, sino también a gran cantidad de turistas extranjeros que se acercan durante estas fechas para observar y formar parte de estos festejos y rituales que derivan de una evolucionada filosofía de vida que lejos está de perderse

La costumbre del viejo mundo de celebrar el solsticio de Invierno en diciembre, se tradujo al 21 de junio entre los pueblos originarios de Sudamérica: entre las comunidades agrícolas, la "desaparición" del Sol infundía idéntico temor y era preciso reverenciarlo para que volviera. De ahí que el 21 de junio sea motivo de festejo para los pueblos originarios: tras el temor por la "desaparición" del Sol, volver a verlo fue y sigue siendo una buena razón para celebrar su Año Nuevo